Con tan solo un puñado de canciones grabadas en su dormitorio, Lois se ha convertido en una de las propuestas más interesantes, bonitas y ambiciosas de la escena madrileña. Su propuesta es un canto a su adorado C86, la música cheesy de los 80 y el jazz, pasado por el filtro vaporoso de Mac DeMarco o Homeshake.