¿Quieres jugar al escondite con una trabajadora del hogar y de cuidados? El juego no terminará hasta que la veas y, de esta manera, ella pueda salir del escondite en el que está.
María, Mariama, Mary Olga, Nhora, Edith, Luz Carmen, Claudia, Melva, Ángela, Anielka, Gladis y Clara son mujeres que se dedican, desde hace años, al trabajo del hogar y de cuidados en la ciudad de Bilbao pero posiblemente nunca te las hayas cruzado en la calle.
Se dice que el trabajo de cuidados -aunque es invisible por desarrollarse en los espacios privados- es el que sostiene la vida. La vida de las familias empleadoras, claro.
El sistema legal español permite exigir jornadas laborales de 60 horas semanales a las trabajadoras de cuidados, con un convenio laboral sin derechos tales como prestación por desempleo, jubilación o baja por maternidad. Con el añadido de que la invisibilidad que caracteriza al entorno doméstico, permite encubrir situaciones de explotación que en algunos casos se pudieran definir como una nueva forma de esclavitud contemporánea.
Con este proyecto pretendemos sacar al terreno público la situación de abuso y de desamparo legal que se aplica a las trabajadoras del hogar y de cuidados en España.