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Jansen, Theo (1948- )

Scheveningen. Arte cinético

Theo Jansen nació en 1948 en los Países Bajos, en un pequeño pueblo costero junto a La Haya y se formó como ingeniero y científico en la Universidad Tecnológica de Delft. En 1981 desarrolló una máquina de pintar en la misma ciudad.

En 1986, tras leer El relojero ciego del zoólogo británico Richard Dawkins, quedó fascinado por la teoría de la evolución y la selección natural de las especies.

En 1990 decidió centrar su trabajo en la creación de seres artificiales y aplicó sus conocimientos de ingeniería a las bestias de playa.

En 2007 una de sus criaturas apareció en una campaña publicitaria, y la obra de Jansen adquirió fama internacional. Desde entonces se ha expuesto en museos de todo el mundo.

Desde hace diez años Theo Jansen ha estado ocupado en la creación de una nueva naturaleza. Construye grandes figuras imitando esqueletos de animales que son capaces de caminar usando la fuerza del viento de las playas neerlandesas. Sus trabajos son una fusión de arte e ingeniería. No usa polen o semillas sino el plástico como material básico, y fabrica esqueletos que son capaces de caminar en el viento. Jansen quiere que las bestias de playa puedan vivir sin él, que su obra continúe cuando él no esté.

Parte del estudio de la evolución biológica para desarrollar sucesivas generaciones de criaturas cada vez más complejas. Para dar vida a esas criaturas utiliza materiales simples de la era industrial. En su libro The Great Pretender, Theo Jansen reconoce que la verdadera inspiración para sus bestias fueron los tubos de cableado eléctrico de color amarillento, que son típicos de los Países Bajos. Estos conductos con aspecto de hueso son el material principal de los animales de playa. Jansen compró en su día 50 kilómetros de tubo de plástico y evita cualquier material que no sea ese, aunque utilizó palés de madera durante una etapa muy breve.

Los tubos o las mangueras de plástico aislante de las instalaciones eléctricas, resistentes y ligeros, se convertirán en la base de sus criaturas, que poco a poco van adquiriendo la forma de esqueletos de animales o de insectos gigantes. El objetivo de Jansen es desarrollar organismos vivos capaces de caminar y sobrevivir de forma autosuficiente. Las playas ventosas de Holanda, cerca del estudio del artista, son el hábitat natural de estas criaturas tan rudimentarias como fascinantes que aprovechan la fuerza del viento para moverse.

Los Strandbeest (bestias de playa) rompen el concepto tradicional de escultura y generan una experiencia estética a través del movimiento. De algún modo, podrían definirse como «esculturas cinéticas», pero el trabajo de Theo Jansen va más allá, se aventura en la naturaleza sin un destino fijo, se deja guiar por el contacto con los materiales. Este proceso creativo también sigue unos tiempos marcados por la naturaleza. Los animales nacen en octubre y dan sus primeros pasos en un cajón de arena durante el otoño y el invierno. En primavera salen a la playa y el artista experimenta con ellos durante todo el verano hasta que se extinguen. El objetivo de estos ciclos evolutivos y estas generaciones de criaturas es crear criaturas más veloces, más complejas y más autónomas.

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