- Matta-Clark, Gordon (1945-1978)
Nueva York. Arquitectura, fotografía y audiovisual.
Hijo del pintor surrealista chileno Roberto Matta y de la también pintora neoyorquina Anne Clark, creció en este entorno artístico junto a su hermano gemelo Sebastian en Manhattan, lugar donde la familia decidió trasladarse desde Europa huyendo de la Segunda Guerra Mundial.
Entre 1962 y 1968, Gordon Matta-Clark cursó sus estudios de arquitectura en la Universidad de Cornell, siendo interrumpidos en 1963 para trasladarse a la Universidad de La Sorbona en París para estudiar durante un año literatura francesa.
Matta-Clark pretendía extrapolar el arte a la vida cotidiana y los problemas sociales. Entre finales de los años sesenta y principios de los años setenta, la situación social de Nueva York estuvo marcada por las consecuencias de la crisis económica derivada del nuevo plan urbanístico de 1961, por el que se pretendía transformar la ciudad en un centro financiero a nivel mundial. Se aplicaron recortes en los presupuestos sociales y este hecho tuvo una repercusión muy negativa en las clases obreras, las cuales en muchos casos se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Se favoreció la especulación inmobiliaria y uno de los barrios más castigados por esta crisis fue el Bronx. Su rechazo a esta circunstancia y su particular forma de trabajar, tan diferente respecto a las corrientes artísticas, urbanísticas y arquitectónicas que predominaban en aquella década, le llevó a ser conocido por sus peculiares intervenciones en los edificios abandonados de la ciudad, los “cuttings”. Estas intervenciones consistían en la realización de cortes y extracciones de grandes dimensiones en los muros y forjados con formas geométricas poligonales y cónicas. Mediante serruchos y motosierras, Matta-Clark conseguía que la luz natural se volviera a abrir paso a través de las perforaciones por el interior de las estancias de estos edificios olvidados. De esta forma, conseguía dar relevancia por última vez a edificios en desuso o a punto de ser demolidos. Estas intervenciones consistieron en la realización de cortes y extracciones sobre las particiones de los edificios, presentando formas que respondían a ciertas pautas geométricas.
En este contexto, la sensación de malestar generalizada en la sociedad por la Guerra de Vietnam y las manifestaciones organizadas por agrupaciones de estudiantes en contra de los llamamientos del gobierno para combatir en la guerra , tuvo como respuesta por parte de muchos artistas la realización de actividades artísticas experimentales ,que no tuvieran como finalidad la producción de piezas para ser comercializadas en galerías de arte para un mercado elitista, sino que buscaban incidir en las clases obreras, a través de lo cotidiano, de la naturaleza, la ciudad y la arquitectura. Estas actividades experimentales eran llevadas a cabo en torno al distrito conocido actualmente como el SoHo, que en aquel momento todavía era una zona industrial en decadencia de Manhattan, pero debido al nuevo plan urbanístico ya estaba prevista su demolición. Su preocupación por darle un nuevo significado a todos aquellos edificios que, aun conservando su estructura en perfecto estado, habían sido rechazados por los nuevos planes de desarrollo de la ciudad, le llevó a realizar una búsqueda de edificios desocupados. Matta-Clark fue uno de los principales precursores de esta tendencia, a la que se fueron sumando muchos artistas que también defendían una concepción del arte desvinculada de las clases sociales mejor posicionadas.
A menudo este grupo de artistas se reunía y planteaba debates sobre la necesidad de acortar las distancias entre el arte y la sociedad. Gordon Matta-Clark cuestionaba el papel que estaba tomando la arquitectura. Rechazaba el interés económico subyacente de los planes urbanísticos de la ciudad, es por ello que sus intervenciones se entienden como una crítica al modelo de conversión de las ciudades basado en destruir para volver a construir.
Su obra no tiene una evolución lineal, en un proceso de rotación o transformación en círculo, retoma e intercala sus ideas y conceptos. Convencido de que la ciudad, su arquitectura y su urbanismo eran a la vez metáfora y realidad de la condición humana, buscó aproximarse a ellos de una manera interactiva y vitalista, de modo que tanto la construcción como la deconstrucción poseyesen un carácter configurativo. La ciudad era inestable y polimorfa y oscilaba continuamente entre la entropía y el orden, como resultado de la acción anárquica de variadas y numerosas influencias, por eso tal vez le gustaba usar el término Anarchitecture para significar muchos de los conceptos que subyacen en su obra.
Esta preocupación le lleva a crear incisiones (“cutting”) muy metafóricas en le espacio o en cualquier sistema existente, sea político o físico. Las acciones que generas cortes en sus edificios son un acto físico que implica transgresión, rotura de límites, pero también son proyecciones mentales que vinculan diversas zonas del edificio, convirtiéndolo en una experiencia.
Su interés por el uso de la cámara de cine parte de la consideración de que es el medio más preciso para captar el espacio y el más cercano para transmitir la experiencia. Aunque una parte de sus películas están basadas en sus performances y en acciones en los edificios, siempre las concibe como obras en sí mismas.
Para subrayar sus ideas operaba precisamente en los residuos que la entropía física y social ciudadana iba dejando como testimonio. Casas abandonadas de antiguos barrios marginales, justo en las fronteras del orden, donde el discurso de los poderosos pierde la vergüenza. De paso, demostraba como la política y la crítica son inseparables del arte incluso en una modernidad redefinida. Redefinición que implicaba valorar la arquitectura de la ciudad y el urbanismo como experiencias estéticas compartidas y flexibles, pero en ningún caso dirigidas.
La trayectoria artística de Gordon Matta-Clark destaca por ser de un estilo y unas características totalmente opuestas a las que predominaban en ese momento en Nueva York, las cuales se basaban en estilos artísticos minimalistas y el arte pop, dirigido a un mercado con gran poder adquisitivo. En este contexto, la obra artística de Matta-Clark se engloba dentro del arte conceptual ya que rechazaba la idea de considerar al objeto en sí mismo una obra de arte. Para él la importancia recae sobre lo que se quiere transmitir, las acciones y los procesos necesarios para llevar a cabo la obra.
Este modo de trabajar en los edificios hace que a menudo la obra de Matta-Clark sea vinculada por algunos críticos con el deconstructivismo, como es el caso de la escritora Maud Lavin, quien argumenta que la obra de Matta-Clark se caracteriza por cortes con formas geométricas impersonales y limpias propias del estilo minimalista. Sin embargo, las intervenciones de Matta-Clark deben ser consideradas totalmente opuestas a esta corriente, ya que lo que él pretendía era dar visibilidad a los problemas sociales y urbanos. Dado el peligro de derrumbamiento que los cortes producían en las estructuras de los edificios, todos los inmuebles en los que trabajó Gordon Matta-Clark fueron demolidos al poco tiempo de su intervención. Es por ello que actualmente no se conserva ninguno de los edificios en los que intervino. Sin embargo, la obra de Gordon Matta-Clark está documentada mediante una extensa recopilación de videos y fotografías que él mismo se encargó de elaborar, consciente de este hecho.
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